lunes, 25 de noviembre de 2013

A Bandleader Pulls Teachable Moments From Afro-Latin Crosscurrents of Jazz

Bobby Sanabria has become one of the most worthy representatives of our musical genre: Latin Jazz. With different formations has advanced brilliantly today still considered a Living Legend Latin Jazz, before moving to the intended article devotes colleague Ben Ratliff in the prestigious New York Times we wanted to offer this new Mr. Sanabria with Multiverse Big Band (formed by its splendid wards) developing Jazz Tango (which is a subgenre of Latin Jazz), "Por una Cabeza" (Carlos Gardel y Alfredo Le Pera).
Bobby Sanabria's music is heard in Jazz Caribe!
Enjoy it and ¡¡Viva The Latin Jazz!!,

Luis Raul Montell


 
 
“Whoever told you mambo died in the 1950s hasn’t been paying attention,” Bobby Sanabria inveighed from behind a drum kit. He was closely surrounded by 18 other musicians. Directly behind him stood the singer and percussionist Hiram Remón. Inches to his right, sat the conga player Orestes Abrantes, wearing earplugs to protect himself against Mr. Sanabria’s crash cymbal.
This was an hour or so into Mr. Sanabria’s Multiverse Big Band’s late set at Dizzy’s Club Coca-Cola on Thursday night, and he had been drumming, conducting and explaining continuously about the crosscurrents of Afro-Latin music in his black tuxedo and white tie. “If you don’t believe me,” he said, “just listen to the saxophones.”
From that full-stop moment after a peaceful maraca solo by Mr. Remón — a pause in Rafael Hernández’s “Cachita,” one of the suites and multiform conceptual pieces during the set — Mr. Sanabria counted off a new tempo. The four saxophones played a section arrangement that did, in fact, have its roots in the 1950s. But the piece moved through various kinds of Afro-Cuban and Puerto Rican rhythm, roaring collective passages and moments of contrast when the band stopped its hustle, deflating and growing still, and put old languages, including the saxophone arrangements, to new ends.
Mr. Sanabria, Bronx born, has led a big band off and on for 15 years. (It is correct to say that he also teaches at the Manhattan School of Music, but basically he teaches all the time. He was in the news last year for his involvement in an organized protest against the elimination of 31 categories for Grammy Awards, which led to the reinstatement of the Latin Jazz category.) Not long ago, the band had a weekly residency at the FB Lounge in East Harlem, gaining momentum until the club closed in 2011. This week the Multiverse Big Band has its first extended engagement at a major New York jazz club, and it’s past ready — accomplished and eager to help you catch up with whatever you’ve missed.
Explanations and arguments burst out of it, and solos, including focused, memorable ones from the tenor saxophonist Jeff Lederer and the trombonist Chris Washburne. Typically, Mr. Sanabria prefaced a piece by discussing how and why it mixes its forms — as in “Pink,” a mixture of son montuno and cha-cha-cha written by Mr. Washburne, or “Que Viva Candido,” a piece echoing the musical reach of Candido Camero, the 92-year-old Cuban conguero who brought Afro-Latin rhythm knowledge into jazz, salsa and funk for 60 years, and is therefore Mr. Sanabria’s kind of guy. He told the audience twice, with vigor, that Hernández — one of Puerto Rico’s most famous composers, whose story is entwined with the early jazz bandleader James Reese Europe — was left out of Ken Burns’s “Jazz” documentary. And he’s said this before, but the complaint had a different resonance at Dizzy’s Club, part of Jazz at Lincoln Center, an establishment that has deep associations with Mr. Burns’s films.
Let’s say this group had unlimited work opportunities. Given the magnitude of its possible repertory, would it be less inclined to teach and explain? Would it be a less didactic experience? (The set closed with a version of Dave Brubeck’s “Strange Meadowlark,” but not before Mr. Sanabria made the point that a Brubeck tribute on the last Grammys telecast had been unfairly cut short.) Maybe not. The band is about context and history, making its connections visible: It constructs an explicit narrative of Afro-Latin music as a natural part of jazz and American culture, and as an even older, bigger force.
New York Times
Ben Ratliff


Libros: "Black Music" -Free Jazz y Conciencia Negra 1959-1967 de LeRoi Jones (Amiri Baraka)



NEGRO SOBRE BLANCO
Música La flamante reedición en castellano de su libro Black Music permite el regreso de Leroi Jones, el legendario crítico de jazz que denunció el monopolio blanco del periodismo especializado de la época y cuyos textos permitieron a muchos fanáticos sumergirse a la distancia en la esencia del free jazz. Considerado como el Franz Fanon de la música norteamericana de los '60, los escritos de Jones –que cambió su nombre por Amiri Baraka– aún hoy permiten descubrir la trama secreta del jazz de su tiempo, sin perder de vista el marco tempestuoso de las luchas civiles, a las que el escritor negro adscribía desde una posición militante. En la portada aparece Thelonious Monk de perfil.
 
Durante largos años, los libros de Leroi Jones fueron prácticamente la única lectura interesante "en español" de que disponíamos los amantes del jazz a la hora de tratar de entender la trama secreta de esa música que tan sensualmente nos enredaba. Por ahí se conseguía algún título de Ralph Gleason, el crítico californiano compinche de Eric Hobsbawm, pero ésa era una aproximación más periodística, sazonada, eso sí, con un background de oyente culto y memorioso. Y estaba el clásico tratado de jazz del alemán Joachim Berendt, una excelente primera lectura sobre la materia. Pero lo de Leroi Jones era otra cosa. Nos proponía abordar las sonoridades más penetrantes de su tiempo sin perder de vista el marco tempestuoso de las luchas civiles a las que el escritor negro adscribía desde una posición nada pasiva. Parafraseando lo que suele decirse del rock, Jones nos mostraba que el jazz "es algo más que música".
 
En realidad, eran dos los títulos de este autor que resaltaban en nuestros modestos estantes musicológicos. El primero, más fácil de conseguir en librerías de usados que en las de estreno, se llamaba Blues People. Música negra en la América blanca. Desde los cantos de trabajo hasta el rhythm and blues, pasando por todos los estilos de jazz anteriores al free, Jones examinaba allí las condiciones materiales de la vida de los afroamericanos y explicaba el significado profundo y liberador de la música negra. Escrito en 1963 (salió en español en 1969), el libro proponía una historia social del blues y el jazz. Según Jones, los grandes momentos de la música negra habían sido aquellos que, con ímpetu dialéctico, le devolvían al jazz su primitiva separación del mainstream "blanco". El libro introducía un tamiz crítico hasta entonces inédito en los ensayos sobre jazz. En el horizonte de lecturas de los años '60, Jones era a la música estadounidense lo que Franz Fanon al colonialismo.
 
Finalmente, hacia fines de los '70, la editorial Júcar, a través de su linda colección "Los juglares", lanzó al ruedo Música negra (Black Music). A quienes logramos sobreponernos a una traducción bastante dudosa, la lectura del nuevo opus de Jones nos sumergió de lleno en la escena del free jazz de comienzos de los años '60, no sin antes explicarnos, incisivamente, quiénes habían sido los pilares de aquella revolución. Por algo el libro estaba dedicado a John Coltrane, "el espíritu más profundo".
Pues bien, Black Music ha vuelto a las librerías. Mejor traducido por Patricio Orellana, con un nuevo prólogo firmado por su autor para su reedición en 2009 y una entrevista realizada por Calvin Reid, de la revista Publishers Weekly. ¿Un acontecimiento para el jazz "en español"? Quizá no sea para tanto –muchos buenos libros acreditan hoy al jazz como objeto de estudio–, si bien el enfoque de aquel Jones joven merodeando por los clubes del Bowery y el Greenwich Village para contemplar (escuchar) una tormenta sonora de cuyo sosiegue final aún nadie sospechaba conserva su encanto. Que es el encanto de una furia, de una pasión, de una militancia. Jones nos recuerda el contexto de su escritura: "Estaba el movimiento de los derechos civiles, el movimiento de liberación de los negros, los asesinatos de Kennedy y Malcolm X, las sentadas, el boicot a los autobuses de Montgomery. Pasaba todo tipo de cosas, bam bam bam, luego el movimiento de liberación. Nkrumah y Touré. Todo al mismo tiempo. Los músicos, como todo el mundo, reflejan esta turbulencia, esta promesa".

UN ESCRITOR COLERICO

Vecino del saxofonista y compositor Wayne Shorter, al que le consagró un ensayo revelador cuando pocos lo conocían, Leroi Jones nació en Newark, Nueva Jersey, en 1934. Después de su debut como poeta y dramaturgo beat, un buen día empezó a escribir sobre jazz en revistas especializadas, como la efímera Jazz Review y la longeva Down Beat. Se enamoró de la música de Charlie Parker y el bebop, asumiéndolos como bandera de identidad generacional. Recordaba en Blue People: "Mi padre me apodaba bebopper del mismo modo que ahora alguna gente emplea la palabra beatnik. La clase media negra se había apartado totalmente de la tradición de los blues, quedando atrapada en la siniestra inanidad de la general cultura norteamericana".
 
La presencia de Jones en el mundo de la crítica musical de fines de los '50 fue bien recibida por sus colegas más inteligentes –Martin Williams, en primer lugar–, a la vez que despertaba algún escozor entre sus editores. Sucedía que para Jones uno de los problemas más graves que tenía la vida cultural estadounidense era la inexistencia de críticos negros, algo que, por supuesto, podía hacerse extensivo a la literatura en general, si bien allí brillaba Ralph Ellison, con el que no pocos compararon a Jones. En realidad, más que advertir una vacancia racial en el periodismo de su país, Jones denunciaba el monopolio blanco de la crítica de jazz. No lo hacía en cualquier momento: la columna que escribía en la revista Down Beat, "Apple Cores", era coetánea del naciente free jazz. En el primer ensayo recopilado en Black Music ("El jazz y la crítica blanca"), Jones demolía la autoridad europea en materia de crítica jazzística, algo que los franceses –especialmente los franceses– siempre habían reivindicado con orgullo. Sin mencionarlo, Jones aludía a Hugues Panassié, el célebre exégeta del hot jazz que había definido al bebop como un anti-jazz: "Nunca me ha dejado de asombrar y enfurecer que la crítica europea de los años '40 pudiera ser tan arrogante y lo suficientemente irreflexiva como para informar a los músicos jóvenes americanos que lo que sentían (una consideración que existe antes de la música y sin ella) era falso. Lo que ocurría era que, aunque los críticos blancos conservadores habían estado al tanto de la música negra durante tan sólo tres décadas, intentaban ya entonces formalizarla e institucionalizarla. Es una idea horrible. La música estaba ya en peligro de ser forzada a formar parte de esa pila de basura y objetos admirables que Occidente reconoce como cultura".
 
Pronto identificado con el nacionalismo negro –al punto de adoptar el nombre Amiri Baraka–, Jones viajó a la Cuba bloqueada para conocer a Fidel. De su identidad marxista, o al menos revolucionaria, ya no podían quedar dudas, aunque con el tiempo la fue mixturando con un espiritualismo entre musulmán y pagano no muy acorde con el materialismo dialéctico. Con el asesinato de Malcolm X, Jones-Baraka decidió mudarse del bohemio barrio del Greenwich Village al Harlem, toda una declaración de principios. En Harlem fundó el Black Arts Theatre School y alternó sus reseñas y ensayos con una serie de cuentos y piezas teatrales siempre marcada por la conflictividad racial. "Un puro producto de la cólera": así definió Arthur Miller el teatro de Jones. Su drama The Duchman (El Holandés) fue galardonado como la mejor pieza teatral norteamericana de la temporada 1963-1964.
Pero no todos fueron premios. "Una de las razones por las que de repente dejé de escribir para la publicación más mainstream del jazz fue que en 1969 la Down Beat preguntó: `¿Es Leroi Jones racista?', haciendo referencia –exageradamente, debo suponer– al nacionalismo negro que envolvía mis palabras luego de lo de Malcolm." En verdad, la pregunta de Down Beat no era tan desatinada. En cierto modo, los escritos de Jones funcionaban de la misma manera que una generación más tarde lo harían las películas de Spike Lee: fuerte impugnación a los relatos "blancos" de la historia, a riesgo, en ocasiones, de ensalzar una concepción racista "al revés". Por ejemplo, no había en el campo auditivo de Jones ningún músico blanco de jazz al que valiera la pena escuchar con atención, salvo quizás el contrabajista Charlie Haden, que por entonces distaba bastante de ser una figura relevante.
 
En su visión de la música, para Jones el blanco no hacía más que corromper, por vía de la mercantilización y la apropiación normalizadora, aquello que el negro había expresado como ruptura. Tal vez hoy esto suene a cliché anti-rock, del tipo de expresión que solía caer como espada vengadora sobre la cabeza de los Rolling Stones, siempre sospechados de haberse robado los tesoros de la música negra para provecho personal y enriquecimiento deshonesto. Pero en tiempos de legitimación del jazz por vía de la evangelización europea, cuando muchos pensaban que la elevación del género debía producirse mediante su parangón con la música de concierto, los textos de Jones pusieron el dedo en la llaga. Por ejemplo, en 1966, en su elogio al emergente James Brown, el crítico anotaba: "La gente de la Nueva Música Negra ha estado expuesta a más influencias blancas que la gente del rhythm and blues. La mayoría de los nuevos músicos ha tenido que romper con estos `blanqueadores' para llegar al sonido y a la música que tiene hoy. Es decir, hay más entrenamiento `formal' entre la gente del jazz, es decir, un blanqueamiento doctrinario".

TERMOMETRO DE LOS '60

Black Music se reedita con un subtítulo muy atinado: Free jazz y conciencia negra 1959-1967 (Caja Negra, 2013). He aquí un libro sobre la música de los '60 sin Los Beatles ni Bob Dylan. Un documento de "clima de época" que no parece añorar ni a Warhol ni a la minifalda. Con más aullidos del gueto que flores de San Francisco. Podrá alegarse, no sin razón, que la frontera del '67 explica la ausencia de locura pop en un libro que, por otra parte, se sumerge como pocos en la realidad artística de una época legendaria. Pero no se trata sólo de una cuestión cronológica; para Jones/Baraka la gran transformación musical se expresaba en los extensos y ardientes solos de John Coltrane antes que en los collages sonoros del rock artístico.
 
Esta colección de escritos se puede leer como el diario cultural de un oyente lúcido y comprometido. Son muchos los aciertos de Jones, para quien el presente del jazz siempre se explica en su derrotero genealógico. De ahí la estrecha vinculación que observa entre el viejo blues y el bebop de los '40. O el aire de familia que, contra lo que quizá los propios músicos pensaban, relacionaba al gran pianista "libre" Cecil Taylor con las estrellas del sello Motowm. Si por un lado Jones/Baraka se muestra reduccionista respecto del carácter étnico del jazz –su adjetivación racial quizá no sea tan diferente de la que aplicaba Panassie respecto del "verdadero jazz"–, por otra parte sostiene una concepción amplia de la tradición afroamericana. El free jazz –también llamado entonces new thing– emerge como una derivación más o menos lógica del arte de Thelonious Monk, Sonny Rollins y, más atrás en el tiempo, Coleman Hawkins. En ese sentido, las aproximaciones a Ornette Coleman –una de las grandes figuras del libro– o a Archie Shepp siempre transcurren entre la descripción de una emoción absolutamente nueva, desarraigada, y las huellas de un linaje afroamericano de larga data. En todo momento, y a pesar de las profundas disidencias que el escritor manifiesta contra la vida norteamericana, la propia existencia de una música tan fresca y poderosa, tan decidida a romper los estándares culturales y a sacar a sus oyentes de la alienación cotidiana, es la prueba de que algo intenso sucedía en aquella sociedad. Escribe a propósito del disco Coltrane live at Birdland: "Una de las cosas más inexplicables sobre América es que a pesar de tener un perfil detestable sigue albergando mucha belleza. Quizá sea debido, como han dicho muchos pensadores, precisamente a su vileza, o adversidad, que tal belleza existe".
 
A poco más de medio siglo del ensayo con el que abre Black Music, el mundo del jazz y el mundo a secas han cambiado tan vertiginosamente que algunas de sus observaciones más punzantes hoy generan alguna sonrisa paradójica. Gobierna los Estados Unidos un presidente negro y el jazz se ha institucionalizado en torno de Wynton Marsalis, un jazzman neoclasicista que, en su defensa de un canon negro, seguramente suscribiría buena parte de lo que Jones ponderó en su tiempo. ¿Tiene hoy la lectura "negra" de la historia del jazz el mismo valor político que supo alcanzar en la Nueva York de los tempranos '60? Pero esta pregunta es un tanto tendenciosa. Tal vez habría que reformularla y preguntarnos si el método y la franqueza del explosivo Leroi Jones son posibles en el mundo del periodismo musical de hoy. Por lo pronto, no caben dudas de que son necesarios.
Por: Sergio Pujol

domingo, 24 de noviembre de 2013

Arturo Sandoval y Dizzy Gillespie Aniversario in 2006



Arturo Sandoval, reunited with his tutor Dizzy Gillespie, demonstrating that one, next to always be remembered Gillespie, of the best trumpet players of all time ... Enjoy the video!
¡¡Viva The Latin Jazz!!

With this music can then read the interesting article / interview published NPR: "Arturo Sandoval: Free To Blow His Trumpet The Way He Wants" this to here

Arturo Sandoval: Free To Blow His Trumpet The Way He Wants

 
Arturo Sandoval rehearsing before his sold-out performance at The Broad Stage in Santa Monica, Calif.
 
A former president, a media mogul and a Cuban jazz trumpeter are among the 16 recipients of the Presidential Medal of Freedom on Wednesday. That Cuban jazz trumpeter, Arturo Sandoval, happened to be performing not too far away from NPR West, at The Broad Stage in Santa Monica, last Friday. So I went to pay him a visit during rehearsals.
A heads up: This is one of those stories that are truly an aural experience. The best way to take in Sandoval is to hear him: his wonderful accent, his exuberance, his command of his instrument. So if I were you, I'd click on the play link above and enjoy the ride.
 
At rehearsals before his sold-out show, Sandoval was coughing, blowing his nose and sniffing Afrin like his performance depended on it. "To blow the trumpet like this, I'm telling you, is a pain on the butt," the nine-time Grammy Award winner said in his heavy Cuban accent, laughing and coughing simultaneously. He just finished touring for 22 days straight, celebrating his 64th birthday on the road.
 
He nodded toward the boom mic I was dangling in front of him and asked what it was for. "It's for NPR," I said. "All Things Considered."
"All Things Considered," he repeated. "Even a crazy Cuban trumpet player? That is part of the 'all things'?"
 
The self-proclaimed crazy Cuban trumpet player looks more like a jolly Cuban Santa Claus. Tall, big belly, but instead of a red suit, he wears hip red glasses. On this evening, he was frantically flipping through lead sheets for his band, cracking jokes with the musicians and scatting like a pro with boundless energy. Sick as he was, he said there's a reason he can keep going like this. "I'm gonna tell you something, I love good food and I never... look in my eyes," he said, closing in. "I never touch any kind of drugs. Zero. Food is the first priority for me, and then family and then the music."
 
Jokes aside, this man sweats music, and he's been doing that for more than half a century. He started playing trumpet in Cuba as a 12-year-old and had a successful career there as a musician — most notably in the '70s, with the band Irakere. Their music was funky, jazzy, with strong Afro-Cuban rhythms. But as different and free-form as the music sounded, Sandoval says, he didn't feel free as an artist, constantly having to check with the Cuban government for permission to play what he wanted, when he wanted, the way he wanted. In 1990, he defected. The first solo album he made in the United States he called Flight to Freedom.
 
"'Freedom' is the most important word in the entire dictionary. You know about it when you lose it and then you have a completely different idea and perspective of the whole thing," says Sandoval. Since Flight to Freedom, he's recorded 30 albums that range from straight-ahead jazz to classical to Latin jazz.
 
Steve Loza, a jazz trumpeter and Latin jazz expert at UCLA, says Sandoval is a beast of a musician with the ability to play the trumpet in various styles, not just with precision but with passion. He points out that Sandoval is not necessarily an innovator but a jazz ambassador to a new generation, keeping the spirit of greats like Dizzy Gillespie, Sandoval's longtime friend and mentor, alive.
 
"I think Dizzy admired his passion. The soul," says Loza. "Dizzy Gillespie and Arturo Sandoval play the way that I have always attempted to play, like it's the last time you'll ever play."
 
"That always for me has been my priority, you know, try to be as good as I can, today, this 24 hours," said Sandoval. "What happened yesterday is history; what's going to happen tomorrow is in the hands of God." And with that, he blew his nose, made himself a hot cup of tea and prepared to blow his trumpet, with all the passion he could muster, like it was the very last time.
 
Shereen Marisol Meraji/NPR
 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Tomas Merlo y Youkali Music lanzan "Vendetta"


Tomas Merlo






Paloma Soalleiro

CONCIERTO DE
TOMÁS MERLO & THE FREEPUNK ENSEMBLE
PRESENTANDO SU DISCO VENDETTA
Viernes, 22 de noviembre de 2013 a las 21:00 h
en Fundación Progreso y Cultura
Maldonado 53, 28006 Madrid.
Entrada: 5 €
 
 
Debut discográfico en solitario del prestigioso bajista mallorquín TOMÁS MERLO, ampliamente reconocido a través de sus aventuras sonoras en compañía de artistas del nivel de Michael y Randy Brecker, Jerry González, Jorge Pardo, Scott Henderson, Concha Buika o Paloma Berganza, en el que explora sus más tempranas e indelebles influencias musicales: suntuosas texturas sonoras, bellísimas melodías, estructuras de Rock Sinfónico y energía a raudales, conformando un sonido único y personal, definido por el propio autor como “Jazz Sinfónico”.
En “Vendetta”, TOMÁS MERLO muestra su faceta de compositor sin complejos, abriendo puertas a un estilo poco explorado, ejecutado con fuerza, precisión e inventiva, y exquisitamente acompañado por la clase y la pasión incomparables del pianista Moisés Sánchez, la fantasía y sonoridad del guitarrista Chema Saiz, el poderío rítmico del batería Andrés Litwin y la voz privilegiada de Paloma Soalleiro, poniendo la guinda a un debut memorable. Y abriendo el camino a un nuevo camino musical... Ni más ni menos.
 
Tomás Merlo: Bajo
Moisés Sánchez: Piano
Chema Saiz: Guitarra
Andrés Litwin: Batería
INVITADAPaloma Soalleiro: Voz
 



Congreso Internacional: El Jazz en España



Este evento es – según la organización – “, el primero que se dedica en España a la música de jazz. En él se abordarán cuestiones como la llegada del jazz a Europa y su introducción en España, los paralelismos y divergencias entre el jazz en España y Portugal, la introducción del género en diferentes ciudades y territorios, el análisis musical de sus diversos estilos, la relación del jazz con cuestiones políticas e ideológicas, su asimilación desde otras tradiciones musicales o el papel de algunos músicos destacados en el desarrollo del jazz en España” .
Además de las conferencias, se realizarán mesas redondas abiertas al público, un ciclo de cine dedicado al jazz y paralelamente , el “Festival de Jazz de Novembre”. Así mismo del 27 de Noviembre al 12 de Enero permanecerá abierta la Exposición “Con Acento. Memoria Gráfica del jazz en España” con fondos procedentes de la Fundación Ebbe Traber, la Generalitat Valenciana y otro material procedente de colecciones particulares.
 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Anat Cohen Caribbean!


 
Israel-born clarinetist and saxophonist Anat Cohen joins Marian McPartland, along with bassist Gary Mazzaroppi and drummer Glenn Davis, for a quartet edition of Piano Jazz.
Born and Raised in Tel Aviv, Anat Cohen grew up in a musical family: Her older brother Yuval played saxophone and her younger brother Avishai played trumpet. (Both are currently working jazz musicians.) Their father's extensive collection of jazz records entertained and influenced them all.
Cohen began her musical studies at age 12 playing clarinet. At the Thelma Yelin High School for the Arts, she discovered jazz, but her teachers encouraged her to switch from clarinet to saxophone. After graduation and two years of mandatory military service, during which she played with the Israel Air Force Band, she came to Berklee — her older brother Yuval was already there, and Avishai would soon follow.
At Berklee, Cohen's teachers persuaded her to reincorporate the clarinet into her repertoire in addition to studies on the saxophone and the flute. In Boston, she also came in contact with other international students and began exploring the intersection of world music and jazz, with a particular interest in Latin styles. Gigging around Boston, Cohen joined up with groups that specialized in styles ranging from Afro-Cuban to Argentinean, Brazilian Choro and even Klemzer music.
Cohen moved to New York and began to cultivate a specialty in Brazilian music, working with such groups as Brazooka Band, the Choro Ensemble and the Samba Jazz quintet led by Brazilian drummer Duduka Da Fonseca. She also continued in straight jazz projects, playing lead tenor sax in the Diva Jazz Orchestra and the Gully Low Jazz Band, a group dedicated to traditional jazz.
Anat Cohen leads her own quartet and performs with her brothers as The Three Cohens. Her latest recording is Claroscuoro (2012, Anzic Records). Cohen and her band are currently playing dates across the United States.
Also the Miss. Cohen has multiple presentations with the Venezuelan Aquiles Baez, guitar, cuatro, with Venezuelan Jazz fusions.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Buena Vista’s Farewell Tour

 Barbarito Torres, Eliades Ochoa, Omara Portuondo, Guajiro Mirabel and Jesus Aguaje Ramos 
Following 16 years of entertaining audiences around the world, the Orquesta Buena Vista Social Club is set to bid “Adios” with a farewell world tour. The group—which has been touring the globe in different forms and configurations since 1997—will take to the road one final time in 2014–15 with a series of concerts and related cultural events that will celebrate the Orquesta’s storied journey as ambassadors for Cuban music. “We always wanted Cuba’s traditional music to live on and to enchant the world,” says singer Omara Portuondo. “Our tours have achieved this, and it has been an incredible part of my career and life.”
The Orquesta Buena Vista Social Club grew out of the 1997 release of the Grammy-winning, best-selling album Buena Vista Social Club, and its lineup continues to include a number of the original artists featured on that landmark recording and subsequent film. Under the musical direction of band leader and trombonist Jesus Aguaje Ramos, the lineup for the Adios Tour will feature, in addition to veteran diva Portuondo, several of those who played on the original Buena Vista Social Club album and film: Cowboy-hatted singer/guitarist Eliades Ochoa, trumpeter Guajiro Mirabal and laud virtuoso Barbarito Torres. They will be accompanied on stage by musicians who have joined the journey along the way, including dynamic veteran tres player Papi Oviedo, Havana’s young star pianist Rolando Luna and celebrated son singer Carlos Calunga.
Over the years there have been acclaimed albums and sold-out concerts featuring artists such as Ibrahim Ferrer, Ruben Gonzalez, Cachaito Lopez, Manuel Galbán, Anga Díaz and Roberto Fonseca. The Adios Tour represents the distillation of more than a thousand shows involving more than 40 musicians over 16 years. During that time the group has evolved into a dynamic, multi-generational big band in which veterans and younger performers share the stage to celebrate Cuban musical traditions.
The tour will kick off in the summer of 2014 and run through the fall of 2015, hitting worldwide markets and showcasing the classic styles and rhythms of Cuban music in a new stage presentation featuring old favorites and fresh new versions of familiar numbers. From son, guajira and danzon to bolero, cha-cha-cha and rumba, the Adios Tour will reflect the Buena Vista experience past and present, and pay tribute to many of the late, great musicians who contributed so richly to the story. Local guests will appear at shows along the way, and a series of master classes will take place in local schools and universities in an effort to engage the wider community. Finally, the tour will come to an end back where it all began, with a gala homecoming performance in Havana, Cuba.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Bassist Eddie Gomez Awarded Honorary Berklee Doctorate in Spain

Legendary jazz bassist and Grammy Award-winner Eddie Gómez was awarded an honorary doctor of music degree by Berklee College of Music in Valencia. Gomez is a native of Puerto Rico who was raised in New York City. This was the first-ever honorary doctorate granted at the college's new international campus in Spain. The award was presented by Larry Simpson, Berklee senior vice president for academic affairs, at a celebratory concert at the Teatro Martin i Soler in the Palau de les Arts, home of the college's Valencia campus.

The concert starred Gómez performing alongside faculty and student musicians from Boston and Valencia. These included flutist and composer Matt Marvuglio, dean of Berklee's performance division; saxophonist Marco Pignataro, managing director of the Berklee Global Jazz Institute; bassist Steve Bailey, chair of the college's bass department; guitarist and bandleader Dave Fiuczynski, professor of guitar; and vibraphonist and composer Victor Mendoza, director of the college's master's program in contemporary studio performance. The concert was produced by Marvuglio and Mendoza.





Gomez is a native of Puerto Rico who was raised in New York City and graduated from Julliard. His impressive resumé includes performances and recordings with jazz giants such as Miles Davis, Dizzy Gillespie, Bill Evans, Chick Corea, Gerry Mulligan, Art Farmer, and Benny Goodman. Gomez's unique sound and style can be heard on many Grammy winning records as well as on hundreds of recordings spanning the worlds of jazz, classical, Latin jazz, R&B, pop and contemporary music.

 
 

martes, 5 de noviembre de 2013

Some moments , in photos, of Latin Jazz !

In our humble concept one of the genres that captivates and captures more attention is the Latin Jazz.
It's fun, lively, varied Latin Jazz, of course the performers are sought all over the globe, even in the most distant countries of the Americas to enjoy this genre that's so everybody head.
Live performances are more than eloquent communication of musician and public, all enjoying something that God gave us and the man has managed to give useful for peace, love and make life enjoyable.
The Latin Jazz is one of the most exciting rhythms is known and the number of followers grows barbarously, no limits no passion for this wonderful genre that has had great promoters, creators and is now satisfactory for everyone, even for those who physically are not, to our music and musicians achieve high levels of preference.
¡¡Viva The Latin Jazz
Luis Raul Montell


 Bobby Sanabria and Manhattan School Music Afro-Cuban Latin Jazz Orchestra in Tribute Rafael Hernández composer boricua.
John Santos, congas and líder Machete, with Orestes Vilato and Paul Waggeninger.
 Dave Valentin ever happy with his flaute, a master.One of his last performances soon returns to the scene.
 Mongorama with "Baila Que Baila" is another success of Jose Rizo and all his All Stars: Danilo Lozano and Justo Almario, among them.
Here they are in full action in Jazz Festival recently.

 

 This photo corresponds to the meeting in Dax (France) of the cousins ​​Ramon Valley (piano) and Orlando 'Maraca' Valle.


Bobby Matos, timbalero and band leader, great representative of Latin Jazz with his group.